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No cabe duda que el petróleo es el activo que más interés inversor genera en todo el mundo. La cotización del crudo, preocupa tanto a los países productores, como a aquellos que tienen déficit energético. No es extraño afirmar que la mayoría de las industrias del planeta depende de su cotización.

Si bien es cierto que el desplome del precio del barril está provocando movimientos geopolíticos de gran calado e inesperados, existen personas y entidades que le han  sabido sacar partido. Como buen ejemplo podemos mostrar la firma estadounidense Egerton Capital, que ganó el año pasado más de 1.500 millones de dólares (libres de comisiones) apostando a que el petróleo seguiría cayendo durante todo el año.

Debemos partir de la base de que el inversor particular ha de ser consciente de que el petróleo a 28 dólares, plasma un panorama absolutamente distinto al petróleo a 115 dólares como se daba en el año 2014. En este sentido, existen para el inversor diferentes alternativas para sacar partido a este nuevo escenario.

Los contratos por diferencia, comúnmente conocidos como CFDs, aun siendo un mecanismo para inversores cualificados, pueden suponer una alternativa para sacar partido a la situación en la que nos encontramos. Este tipo de contratos son un instrumento de inversión derivado, que está referenciado al precio de otro activo, denominado “subyacente”. Entre una amplia multitud de subyacentes, figura también el petróleo. Siendo un caso similar que en el de los futuros, la pérdida puede superar el capital inicialmente desembolsado, por lo que el riesgo es elevado, advierten expertos como Daniel Pingarrón, analista y estratega de mercados de IG, que asegura que existen CFDs sobre el crudo Brent, el West Texas y compañías petroleras.

Existen otras alternativas a los CFDs, que al ser un producto complicado y con un nivel de riesgo muy alto, hacen que los inversores particulares busquen otras alternativas, como son los Warrants y Turbos, que se puede decir que es el producto cotizado más extendido, el producto conocido como Futuros, que es una inversión con un gran apalancamiento, los fondos de inversión cotizados o ETFs son productos que replican la evolución de un índice o de activo y a través de ellos se pueden invertir en petróleo o los Certificados, cuya diferencia con los productos previamente citados este es un producto que únicamente permite apostar por una subida del crudo.

En definitiva, existen diferentes alternativas a las que acudir para beneficiarnos de este nuevo escenario, desde utilizar instrumentos financieros como los Warrants o los CFD para apostar por nuevas caídas, hasta invertir en fondos cotizados que replican desde la evolución del precio del crudo hasta los índices de referencia en la industria. La mayoría de estos productos poseen una extrema complejidad, por lo que se recomienda acudir a profesionales que puedan hacer las recomendaciones necesarias y conocer los riesgos de su inversión.

 

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