La época que nos va a tocar vivir a nivel de estafas digitales va a ser terrible. La tecnología va a facilitar la vida, pero unos cuantos la van a utilizar para fines ilícitos, y no les habrá sido más fácil estafar que ahora con las herramientas disponibles.
Recientemente hemos conocido el caso de un ejecutivo de una multinacional que realizó una transferencia de 25M$ a una estafa. Lo que llama la atención de esta estafa es el como lo hicieron, mediante Inteligencia Artificial. Le convocaron a una videoconferencia sus superiores, estuvieron estos presentes y el CEO le pidió la transferencia, pero solo hubo un problema: todos los integrantes de la conferencia eran virtuales, imágenes y audio creados con inteligencia artificial.
En Navas & Cusí cada día vemos más estafas o daños causados por brechas de seguridad, y lo que más cuesta ilustrar a los clientes con estas estafas es lo siguiente: el problema más grave son las personas. Los estafadores no nos atacan únicamente técnicamente, sino que se esfuerzan en alterar nuestro comportamiento o defensas mediante técnicas psicológicas. Un ejemplo es cuando nos contacta alguien por LinkedIn, solemos confiar en lo que nos dice.
Estas estafas o ataques provocan auténticas calamidades, a nivel corporativo y particular. Por ello desde Navas & Cusí queremos dar unos consejos como abogados expertos en derecho de nuevas tecnologías:
- Desconfía. La mayoría de recomendaciones pivotan sobre esta idea. En internet hay que actuar como Tomás de Aquino “si no lo veo, no lo creo”. Cuando nos contactan externos hay que tener claro: Los amigos de internet no son amigos de verdad.
- Todo lo que nos digan desconocidos por RRSS hay que comprobarlo al menos con dos fuentes diferentes, analizar la antigüedad de ese perfil y no dar ni un dato personal hasta que se ha comprobado todo bien. De hecho, recomendamos evitar dar datos personales como el teléfono porque ahí es donde llegan más estafas. Hay que ser muy desconfiado con todas las RRSS, al principio puede parecer que no hay ningún interés económico, pero si nos hablan de tren de vida elevado o que invertíamos con ellos hay que huir. Estas estafas las hemos visto en WhatsApp, LinkedIn, instagram, twitter…
- Correos pidiendo dinero, ya sea Hacienda, un regulador o un banco. Siempre hay que asegurarnos que el dominio (lo que va después del @) es auténtico con el emisor. De hecho lo idóneo sería copiar lo que haya detrás del @ y buscarlo por internet
- Correos extraños de nuestros compañeros o proveedores. Si un compañero (o jefe) nos pide algun gasto no visto hasta la fecha se debe comprobar con él por teléfono, no por mensajería. Lo mismo con proveedores, un cambio de cuenta bancaria hay que comprobarlo. Y en ambas ocasiones hay que cometer equivocaciones con algun dato esencial, si nos corrigen probablemente sea la persona adecuada, si aceptan el error como cierto hay que tener mucha cautela.
- Anuncios de famosos hablando de dinero en prensa. Estos suelen ser publicidad engañosa que solo sirven para sacar dinero, hay que huir. Hasta la fecha hemos visto deepfakes con gente como Elon Musk o Pablo Motos.
Estos son unos pocos consejos, porque insistimos que es fundamental solucionar atacar los temas antes que se sufra la estafa, recuperar el dinero es complejo.
En Navas & Cusí ayudamos tanto con anterioridad a la estafa mediante formaciones o charlas a los equipos o personas, como con posterioridad si hay que hacer alguna actuación legal, pero lo más importante es que quede claro que en internet hay que desconfiar.
