Como consecuencia de la mala praxis bancaria el Banco de España tiene en 2016 un nuevo desafío: conseguir que los clientes bancarios vuelvan a confiar en las entidades financieras, la cual se había perdido tras las últimas y constantes actuaciones de las mismas calificadas incluso por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea como malas prácticas bancarias.
La comercialización de productos complejos y de riesgo a clientes que no presentaban un perfil adecuado para ello ha supuesto en nuestro país grandes y graves perjuicios económicos para éstos.
¿Cómo ha afectado la mala praxis bancaria sobre la actitud de los ciudadanos españoles hacia las entidades financieras?
Como consecuencia de dicha mala praxis bancaria las entidades financieras han visto como la confianza que los clientes habían tenido en ellas desde hacía años se ha ido mermando poco a poco, hasta catalogar de desconfianza absoluta el pensamiento que los ciudadanos españoles tienen de las mismas.
Las normas de conducta que deben presidir el hacer de las entidades financieras para con sus clientes no han sido observadas por éstas, así como del mismo modo se ha producido una constante inaplicación de la normativa europea, por ejemplo, con el caso de la normativa MiFid traspuesta a nuestro ordenamiento jurídico desde finales de 2007.
Los preceptivos test de idoneidad y conveniencia que dicha norma instauraba como obligatorios para el correcto asesoramiento de productos complejos no se ha llevado a cabo en el 90% de los supuestos.
¿Cómo ha repercutido sobre las familias la falta de aplicación de los test de idoneidad y conveniencia?
Si dichos test no se cumplen debidamente por las entidades bancarias nos encontramos con la actualidad, es decir, miles de familias asfixiadas económicamente por no poder hacer frente a los graves perjuicios ocasionados de productos que en su día les comercializaron las entidades sin tener en cuenta si éstos eran adecuados a su perfil y conocimientos financieros haciendo uso de la mala praxis bancaria que venimos denunciando desde Navas Cusí desde hace tiempo.
Del mismo modo se requiere un progreso en lo que respecta a la armonización en el ejercicio de prácticas de supervisión para las entidades dentro del Mecanismo Único de Supervisión, el nuevo sistema de supervisión instaurado en Europa el cual lo integran el Banco Central Europeo y diferentes autoridades supervisoras de los diversos países de la Unión Europea que participan en dicho mecanismo.
El objetivo del Banco de España, loable desde cualquier punto de vista, será de fácil consecución si las entidades bancarias deciden, por fin, ponerse manos a la obra y lograr que la buena praxis vuelva a presidir las relaciones de las mismas con sus clientes, los cuales, esperemos, vuelvan a recuperar la confianza en las entidades financieras pese a los últimos acontecimientos.
Navas & Cusí Abogados.