El Parlamento Europeo y el Consejo han aprobado un nuevo reglamento europeo que obliga a que las titulizaciones sean homogéneas. Se trata del Reglamento UE 2017/2402 de 28 de mayo de 2019 establece criterios de homogeneidad “en aras de un proceso de diligencia debida por parte de los inversores y a fin de facilitar la evaluación de los riesgos subyacentes”.
¿Qué significa que las titulizaciones sean homogéneas?
Por ejemplo, no se puede mezclar en el mismo paquete deuda de microempresas con deuda de grandes empresas o de administraciones públicas. Tampoco se pueden mezclar las hipotecas de particulares para uso residencial con las de locales comerciales o los préstamos para adquisición de vehículos comerciales o los créditos de la cartera comercial.
La norma es aparentemente técnica, pero tiene enorme trascendencia. Gran parte de la crisis ‘subprime’ se produjo precisamente por ‘mezclar churras con merinas’. O, dicho de otra forma, la cesión de crédito a favor de los llamados “fondos buitres”.
Obligar a que las titulizaciones sean homogéneas introduce transparencia y eficiencia en el sector. Los analistas podrán valorar más adecuadamente el riesgo afinado mejor el precio y evitando valoraciones absurdas que generan desajustes y muchos dolores de cabeza posteriores.
Si, además -como se pretende-, se avanza hacia la creación de una plataforma europea de intercambio, la eficiencia será muy superior. Porque no es lo mismo operar en un mercado como el español a poder operar e intercambiar con el resto de Europa. Más profundidad, más oferta, más demanda, más oportunidades, mayor eficiencia y mayor liquidez en el mercado.
Pero también mayor seguridad en las transacciones debido a que la información con la que se produce el tráfico es más adecuada. Esto permitirá que el tráfico financiero sea más justo, con información más perfecta y con una operatividad más ágil. En definitiva, se trata de construir la Unión Europa de las titulizaciones con opciones para competir con Gran Bretaña o Estados Unidos.
Sólo se echa de menos un elemento esencial para que el sistema sea realmente justo: que el reglamento garantice el derecho de tanteo y retracto. Es decir, el derecho del prestatario a recomprar su deuda al precio de titulización. Porque el prestatario tiene derecho a conocer a con quien mantiene una deuda y debería de tener prioridad a la hora de subrogarse en el papel de prestamista.
O dicho de otro modo: ¿por qué un banco puede traspasar su crédito a un fondo buitre sin darle la oportunidad al prestatario de saldar su deuda al precio de fondo buitre? Eliminar este derecho supone un enriquecimiento injusto. Y además es ilegal porque nuestro Código Civil es muy claro en el derecho prioritario del prestatario. También lo es la directiva hipotecaria.
Para que el mercado europeo sea verdaderamente eficiente debería de incluir dicho derecho de tanteo y retracto. En caso contrario, estaremos construyendo una Europa de las finanzas, pero no de los europeos, no de los ciudadanos. Los fondos buitre y los grandes operadores financieros no pueden priorizarse sobre los particulares. La tecnología permite además que este derecho se pueda ejercer de una manera eficiente, sin que se produzcan prácticamente sobrecostes añadidos por la gestión.
Este es el reto actual de la Unión Europea. Poner en valor la ciudadanía aprovechando las nuevas tecnologías. Y este sería un ejemplo claro y práctico para construir un mercado financiero único eficiente, transparente pero también responsable y justo.
En Navas & cusí Abogados, con un departamento de abogados bancarios en Madrid y abogados especialistas en financiero en Barcelona, ofrecemos todo el asesoramiento que necesite el cliente en cuestiones de cesiones de crédito o titulización de su deuda a favor de un tercero. Puede ponerse en contacto con nosotros llamando al 915 76 11 50 o a través de nuestro formulario de contacto.
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