En el presente artículo vamos a hablar de los contratos de franquicia, y para ello comenzaremos definiendo lo que es una franquicia. La misma no es otra cosa que una relación comercial entre dos partes en la que una de ellas paga un importe económico por abrir un establecimiento y utilizar la marca del franquiciador, que es la persona que tiene la propiedad de esa marca.
En qué consiste el contrato de franquicia y cual es su naturaleza jurídica
El Reglamento 4087/88 de la Unión Europea reza que “franquicia” es un conjunto de derechos de la propiedad industrial o intelectual relativos a marcas, nombres comerciales, rótulos de establecimiento, modelos de utilidad, diseños, derecho de autor, “Know How” o patentes, que deberán explotarse para la reventa de productos o la prestación de servicios a los usuarios finales.
Así, el contrato de franquicia, se trata de un contrato de tipo mercantil, en el que el franquiciador (o dueño de la marca) cede al franquiciado (persona interesada en vender la marca que no es de su propiedad) el derecho a usar su marca a cambio de una remuneración económica.
Cuáles son los contratos de franquicia
Existen, a su vez, tres tipos de contratos de franquicia que son:
- La franquicia comercial, en la cual el franquiciado paga al franquiciador para poder vender una serie de productos fabricados por el segundo.
- Franquicia de servicios, en esta, el franquiciado puede prestar los mismos servicios que el franquiciador.
- Franquicia de producción, en este tipo de contrato el franquiciado adquiere el derecho a producir los mismos bienes o productos que fabrica el franquiciador.
En los tres tipos de franquicia, siempre previo pago a los franquiciadores.
¿Cuánto tiempo dura un contrato de franquicia?
Por otro lado, si alguien está interesado en adquirir una franquicia, del tipo que sea, para explotarla, es importante saber la duración de este tipo de contratos. Así, ha de saberse que, normalmente, tienen una duración de entre cinco y diez años, y habrá posibilidad de renovación siempre y cuando la misma se haya pactado en contrato.
Lo normal, en los contratos de duración inferiores a diez años, es establecer una prórroga automática del contrato. Sin embargo, si se trata de contratos en los que la duración excede de los veinte años, por lo general, no se suele admitir prórroga, salvo excepciones.
Puede, igualmente, incluso firmarse contratos de franquicia indefinida, si bien no son los más frecuentes por los riesgos que llevan incardinados.
La rescisión del contrato
Los contratos de franquicia, normalmente, llegan a disolverse por acuerdo entre el franquiciador y el franquiciado.
Registro del franquiciador
En cuanto a los franquiciadores, los mismos deben inscribirse en un específico Registro y dar una información básica sobre su producto y negocio que van a ser objeto contrato para que el franquiciado pueda tener información suficiente de la empresa, y decidir si contrata o no.
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