El auge de las redes sociales ha dado lugar a nuevas profesionales expertos en marketing digital, entre ellos, destacan los conocidos influencers que prestan sus servicios de forma personalísima, esto es, de manera individual y están estrechamente vinculados a sus habilidades, conocimientos o reputación.
Estos profesionales, a menudo, consideran la posibilidad de crear una sociedad para gestionar sus actividades. Sin embargo, esta posibilidad tiene importantes implicaciones fiscales que deben ser cuidadosamente analizadas puesto que las autoridades fiscales pueden considerar esta estrategia como un negocio simulado.
Estructura típica:
1.- El profesional constituye una Sociedad Limitada.
2.- La sociedad gestiona contratos con marcas, plataformas y otros clientes.
3.- Los ingresos por publicidad, patrocinios y colaboraciones entran en la Sociedad.
4.- El profesional recibe un salario y/o dividendos de la sociedad.
Implicaciones fiscales
1. En el Impuesto sobre Sociedades: la sociedad tributa por sus beneficios al tipo general del 25%.
Existe la posibilidad de aplicar el tipo reducido del 15% para empresas de nueva creación en los dos primeros años con base imponible positiva.
Esto significa que la empresa pagará un 25% de impuestos sobre los beneficios, que es una tasa más baja comparada con el IRPF en tramos elevados (que puede llegar al 47%).
2. En el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas: el influencer tributará por el salario que reciba de la sociedad como rendimiento del trabajo.
Los dividendos que reciba tributarán como rendimiento del capital mobiliario, con tipos que varían entre el 19% y el 28%.
¿Cuándo es ventajoso operar a través de una sociedad?
El paso a constituir una sociedad puede ser ventajoso cuando los ingresos son elevados, ya que los tipos impositivos del Impuesto de Sociedades (25%) son más bajos que los tramos altos del IRPF, que pueden llegar a superar el 50%, dependiendo de la Comunidad Autónoma. Esto suele ser recomendable cuando el influencer supera los 60.000-80.000 euros anuales en ingresos, aproximadamente.
Operar a través de una sociedad permite, además, dedicar una parte importante de los ingresos a reinvertir en la sociedad, lo que puede resultar fiscalmente ventajoso.
Riesgos de la tributación a través de una sociedad
Facturar los servicios de un influencer a través de una sociedad puede presentar ventajas fiscales y de gestión, pero también implica riesgos que es importante tener en cuenta. La principal problemática que puede surgir al optar por esta vía es la calificación por parte de la Administración Tributaria de dicha estrategia como un negocio simulado.
En este caso, por negocio simulado la Administración se refiere a una estructura empresarial que se crea con el propósito principal de obtener ventajas fiscales, sin que exista una sustancia económica real detrás de ella.
En consecuencia, la Administración imputa al socio profesional de la sociedad los ingresos facturados formalmente por ésta, así como los gastos necesarios en los que ésta incurrió para poder facturar y, consecuentemente, minorar el resultado de explotación de la sociedad en los ingresos y gastos imputados al socio
Para evitar que la Administración Tributaria estime que existen indicios para considerar que la utilización de una sociedad se trata de una simulación, los influencers deben asegurarse de que la sociedad tenga una verdadera función empresarial, más allá del mero ahorro fiscal. Deben considerarse, por tanto, los siguientes puntos clave:
1. La mera interposición de una sociedad no constituye automáticamente simulación.
2. Es crucial la existencia de una sustancia económica real y un propósito empresarial legítimo.
3. Se deben considerar múltiples factores, como la existencia de medios propios (oficina, empleados, equipos), la diversificación de clientes y el valor añadido por la sociedad a los servicios prestados por el influencer.
4. La carga de la prueba de la simulación recae en la Administración Tributaria.
5. La proporcionalidad en la retribución del profesional es un factor a considerar, pero no determinante por sí solo.
Facturar los servicios de un influencer a través de una sociedad puede tener beneficios fiscales, pero también implica riesgos legales y fiscales significativos ya que las autoridades fiscales están cada vez más atentas a posibles abusos. Es crucial planificar bien la estructura societaria, asegurarse de que la sociedad tiene una actividad real y diversificada, y llevar una gestión adecuada de los ingresos, salarios y gastos. Un mal uso de esta figura puede derivar en inspecciones, sanciones y un aumento de la carga fiscal en lugar de una reducción. Por ello, es altamente recomendable contar con un asesor fiscal especializado. En Navas&Cusí, nuestros expertos en derecho fiscal pueden guiarte en la optimización de tu estructura tributaria. No dudes en consultar con un abogado fiscalista para asegurar que tu estrategia cumple con la normativa y maximiza los beneficios fiscales disponibles