Es ya conocido por nuestros lectores que una hipoteca multidivisa “es un crédito con garantía hipotecaria en el que se incorpora una opción multidivisa en virtud de la cual el préstamo queda referenciado a una divisa extranjera, distinta de la local”. (NAVAS MARQUÉS, Juan Ignacio. Hipoteca multidivisa. Cómo conseguir la nulidad parcial del préstamo. 1ª ed. España. Editorial Aranzadi. 2015.) Es por ello que, en aras de ampliar nuestro conocimiento acerca de este tema, a continuación vamos a hacer referencia a las tres divisas clásicas utilizadas en este tipo de préstamos hipotecarios y su panorama actual frente a nuestra moneda.
En primer lugar se encuentra el franco suizo (CHF). Esta divisa ha mantenido, con carácter general, una depreciación frente al euro, asumiendo un valor notablemente estable sobre todo desde finales de 2012 hasta principios del presente año. Sin embargo, en enero de 2015 el valor de la moneda suiza experimentó una apreciación significativa respecto al euro como consecuencia del anuncio del Banco Nacional Suizo sobre su intención de retirar la barrera de cotización del franco respecto de la moneda única, definido hasta ese momento en 1,20 francos suizos por euro. La inmediata consecuencia fue, que en un solo día, se produjo una revalorización de la moneda suiza del 28%, y por ende, una vertiginosa caída del euro. Atrás quedaron los meses de bonanza para el euro, que ha visto como su destino ha sido la depreciación continua respecto del franco suizo mientras éste no solo recupera su tendencia a la apreciación sino que se ha ido incrementando su valor de manera constante. Es obvio que para aquellos que poseían y poseen una hipoteca con la divisa extranjera revalorizada dicha noticia supuso graves consecuencias y aún tendremos que esperar, ya que si el euro se sigue depreciando los afectados se irán incrementando de manera significativa.
El yen japonés (JPY) es la segunda divisa a la que vamos a hacer referencia por ser además una de las más utilizadas, sobre todo por entidades como BANKINTER durante los años 2007 y 2008. Desde octubre de 2014 hasta mitad de enero del presente año el euro sufrió una gran depreciación frente a esta divisa. Aunque posteriormente hubo un periodo de revalorización de nuestra moneda, éste no ha sido suficiente y, pese que a día de hoy el euro ha ido evolucionando al alza frente al yen, lejos queda el casi 1,50 histórico de noviembre del pasado año. Ambas divisas son débiles actualmente y como consecuencia del reciente QE (Quantitative Easing Policy, política llevada a cabo desde finales de 2008, primer QE, por la Reserva Federal estadounidense consistente en adquirir suntuosas cantidades de títulos a largo plazo, como bonos del Tesoro, bonos de agencias y bonos respaldados por hipotecas) el euro parece que será la divisa más débil de las dos siempre y cuando el Banco de Japón no opte por adoptar medidas poco convencionales ya que en este caso el yen caería de nuevo en su depreciación, noticia positiva para nuestros hipotecados y nuestra moneda.
Por último encontramos la libra esterlina (GPB). Esta moneda alcanzó su nivel más alto en los últimos años frente al euro a consecuencia del “no” en el referendo de independencia de Escocia el pasado mes de septiembre de 2014. Sin embargo, desde el tercer trimestre de 2013 se ha producido una depreciación de nuestra moneda frente a la divisa inglesa, y actualmente nos encontramos muy cerca del mínimo histórico, cifrado en 0,701 libras por cada euro. Entendidos en la materia presuponen que el Banco de Inglaterra va a subir los tipos de interés, pero es una realidad que aún está en el aire. Esto supondría un mayor fortalecimiento de la libra frente a la moneda única, la cual sigue débil a raíz del último QE del Banco Central Europeo y en consecuencia el futuro del euro frente a la libra seguiría siendo cuanto menos oscuro.