Puede suceder, y la justicia lo está respaldando. En aquellas sociedades con ganancias, la decisión de no repartir dividendos puede traer problemas con los socios y afectar al administrador. La Ley de Sociedades de Capital permite que, si una sociedad no distribuye beneficios, los socios puedan optar por separarse. Este cambio ha convertido el reparto de dividendos en una expectativa legítima, y no hacerlo puede tener consecuencias legales, como la reciente sentencia del Tribunal Supremo.
La sentencia del Tribunal Supremo: un precedente para el reparto de dividendos
En este caso, un accionista impugnó la decisión de la junta de no distribuir dividendos, alegando que le privaba de sus derechos y beneficios económicos en la sociedad. El Tribunal Supremo finalmente dio la razón al accionista, declarando que la decisión de no repartir dividendos fue abusiva y obligando a la sociedad a pagar un 75% de las ganancias del ejercicio. Sin embargo, esta sentencia no implica una obligación universal para todas las sociedades; se determinó en función de las circunstancias específicas del caso.
¿Qué porcentaje debe repartirse? La jurisprudencia actual
Además, esta sentencia sigue la línea de otras resoluciones, como la de la Audiencia Provincial de La Coruña, que indican que si solo se asigna el 25% de los beneficios a reservas, es razonable que el resto se distribuya entre los accionistas. No obstante, la decisión sigue en manos de los socios, aunque con una advertencia clara: la figura de un “Emperador” al frente de una sociedad, sin tener en cuenta los beneficios para los accionistas, tiene poco espacio en el sistema judicial actual. El Tribunal Supremo ha dejado claro que esta práctica debe limitarse.
¿Cuándo puede considerarse abusivo no repartir dividendos?
La negativa a repartir dividendos puede considerarse abusiva si los accionistas ven que, pese a los beneficios, no obtienen ninguna rentabilidad de su inversión y no tienen voz en las decisiones de la sociedad. Los tribunales tienden a interpretar como abusiva una decisión de no reparto cuando:
- Los beneficios acumulados son significativos y los accionistas no reciben retorno alguno.
- El acuerdo beneficia a un grupo reducido de accionistas o al propio administrador en detrimento de los demás.
- La sociedad no tiene planes claros para reinvertir los beneficios o destinar los fondos a reservas sin justificación sólida.
Si eres un accionista que experimenta estas circunstancias, es recomendable buscar asesoría legal para evaluar posibles vías de acción.
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